Si bien tanto los ETFs como los fondos de inversión son vehículos de inversión que permiten a los inversores agrupar su dinero para comprar una cesta de activos, existen algunas diferencias clave entre ellos:
1. Negociación:
ETFs: Se negocian en bolsas de valores como si fueran acciones, lo que significa que puedes comprarlos y venderlos en cualquier momento durante el día de negociación a su precio de mercado actual. Esto ofrece mayor flexibilidad y liquidez.
Fondos de inversión: No se negocian en bolsa. En cambio, los inversores compran y venden acciones del fondo directamente a la compañía gestora del fondo a su valor liquidativo neto (NAV), que se calcula al final de cada día de negociación. Esto puede generar demoras en la compraventa y afectar la liquidez.
2. Estructura y gestión:
ETFs: Son estructuras de inversión pasivas que buscan replicar el rendimiento de un índice subyacente específico, como el S&P 500 o el índice de bonos del Tesoro de EE.UU. Esto significa que no hay un gestor de inversiones activo que tome decisiones sobre qué activos comprar o vender. Los ETFs suelen tener comisiones más bajas debido a su naturaleza pasiva.
Fondos de inversión: Pueden ser pasivos o activos. Los fondos pasivos siguen un índice, mientras que los fondos activos buscan superar el rendimiento del índice mediante la selección de valores o activos específicos. Los fondos activos suelen tener comisiones más altas debido a la gestión activa.
3. Transparencia:
ETFs: Ofrecen una gran transparencia, ya que el índice subyacente y las tenencias del ETF se divulgan públicamente. Puedes acceder a esta información fácilmente en el sitio web del proveedor del ETF o en plataformas financieras.
Fondos de inversión: Si bien la mayoría de los fondos de inversión divulgan sus tenencias periódicamente, no siempre son tan transparentes como los ETFs. Es posible que debas solicitar información específica a la compañía gestora del fondo.
4. Fiscalidad:
ETFs: Las ganancias de capital y los dividendos de los ETFs generalmente se gravan como las ganancias de capital y dividendos de las acciones individuales. Sin embargo, algunos ETFs pueden ofrecer beneficios fiscales específicos, como la exención de impuestos sobre las ganancias a largo plazo.
Fondos de inversión: Las distribuciones de los fondos de inversión, que incluyen dividendos y ganancias de capital realizadas por el fondo, se gravan a los inversores incluso si no las retiran del fondo. Esto se conoce como "impuesto sobre la distribución".
En resumen:
La elección entre un ETF y un fondo de inversión dependerá de tus objetivos de inversión individuales, tolerancia al riesgo y preferencias de inversión. Es importante investigar cuidadosamente ambas opciones antes de tomar una decisión.
Comentarios
Publicar un comentario